"Mis palabras vienen de lejos", escribió Paul Valery en sus "Cuadernos" (por cierto, otro adicto a la escritura minusvalorado como ensayista por más que su M. Teste sea un heterónimo tan brillante como cualquiera de los de Pessoa o de Machado, coño, que también los tiene y muy buenos), bella formulación para cifrar ese arcano indescifrable que se pierde en el abismo que media entre el dedo y la tecla y que dispensa unas grafías compuestas en un orden y portadoras de un significado tan enigmáticos como su gestación por más que nos empeñemos en justificar, racionalizar o hacer comprensible la actividad de escribir. Pues eso, volviendo a tu pregunta y a la respuesta del poeta francés, la voz propia es una mistificación del Romanticismo, albor de la identidad personal y de las pretensiones de individualidad o autoría como valor supremo, coartada las más de las veces de la arbitrariedad y la pornografía sentimental (pecado unánime, pensamos que nuestras miserias merecen ser impresas , acaso por ser lectores de las ajenas) Verdaderamente añoro la literatura clásica, concebida como un intento de emulación (que no imitación) de un modelo explícito y eximio, con el que el escritor medía su talento. Por todo, suscribo la réplica: seamos portavoces de voces silenciosas y forasteras, del febril encanto de lo ajeno y la eterna pasión por cantarlo y contarlo. El escritor no es más que un fisgón o una portera cotilla. From the other side.
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"Mis palabras vienen de lejos", escribió Paul Valery en sus "Cuadernos" (por cierto, otro adicto a la escritura minusvalorado como ensayista por más que su M. Teste sea un heterónimo tan brillante como cualquiera de los de Pessoa o de Machado, coño, que también los tiene y muy buenos), bella formulación para cifrar ese arcano indescifrable que se pierde en el abismo que media entre el dedo y la tecla y que dispensa unas grafías compuestas en un orden y portadoras de un significado tan enigmáticos como su gestación por más que nos empeñemos en justificar, racionalizar o hacer comprensible la actividad de escribir. Pues eso, volviendo a tu pregunta y a la respuesta del poeta francés, la voz propia es una mistificación del Romanticismo, albor de la identidad personal y de las pretensiones de individualidad o autoría como valor supremo, coartada las más de las veces de la arbitrariedad y la pornografía sentimental (pecado unánime, pensamos que nuestras miserias merecen ser impresas , acaso por ser lectores de las ajenas) Verdaderamente añoro la literatura clásica, concebida como un intento de emulación (que no imitación) de un modelo explícito y eximio, con el que el escritor medía su talento. Por todo, suscribo la réplica: seamos portavoces de voces silenciosas y forasteras, del febril encanto de lo ajeno y la eterna pasión por cantarlo y contarlo. El escritor no es más que un fisgón o una portera cotilla. From the other side.